Cerrar ciclo, finalizar capítulos o cerrar puertas, de la forma en que se diga todas significan lo mismo: dejar en el pasado algún momento de la vida que ya ha terminado para poder avanzar.
En la vida hay que avanzar siempre hacia adelante, y para ello, hay que afrontar las despedidas y cerrar ciclos.
Despedirse, decir adiós, desprenderse de algo o alguien y/o dejarlo ir, se trata en sí de cerrar ciclos; porque en la vida no podemos quedarnos ni estancados ni estáticos; no podemos crecer y madurar, aprender y evolucionar, si no nos adaptamos y buscamos nuevos retos para alcanzar nuevas metas.
Las despedidas no son fáciles y el camino por delante puede crear incertidumbre, pero hay que apreciar y valorar la experiencia que ya fue por todo lo que nos dejó, y así mirar con una actitud positiva y buena cara lo que viene, por todo lo que nos traerá.
A veces nos acostumbramos tanto a las cosas, los lugares y las personas que nos cuesta ver que ha llegado el momento del cambio. Que ese cambio es necesario, y que debemos dejar atrás todo aquello que quizás no nos permita avanzar.
Por ello, y cuando faltan pocos días para que finalice este año 2023, queremos abordar a lo largo de este artículo qué significa cerrar ciclos.
Dejar atrás algún momento de la vida que ya terminó para permitirnos avanzar hacia nuevas experiencias, personas, aprendizajes y momentos.
Cerrar ciclos y prepararse para lo nuevo
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Muchas veces podemos estar buscando algo que no es para nosotros o podemos encontrarnos encerrados en el proceso de esperar cosas que no se terminan de dar; y es que, en este tipo de momentos, por más que deseamos las cosas, tenemos que dejar de aferrarnos a lo imposible y comenzar a buscar nuevas cosas que nos ayuden a progresar a nivel personal y profesional.
Cerrar un ciclo no es un proceso fácil, requiere de un compromiso contigo mismo.
Es importante saber que un ciclo es todo aquello que se compone de momentos vividos, experiencias y sentimientos tanto agradables como desagradables, a los cuales nos apegamos.
El problema de esto, es que muchas veces nuestra mente se queda atorada en momentos, situaciones y personas del pasado que conforman periodos a los que deberíamos decirles adiós.
Es importante ser realistas y aprender a despedirse cuando ya no perteneces a ese lugar, cuando esa persona ya no te está sumando y cuando tú ya diste todo lo que estaba de tu parte y no hay reciprocidad de sentimientos.
Vivimos en una constante crítica hacía nuestras decisiones, nos arrepentimos de lo que hicimos y lo que dejamos de hacer y nos castigamos todo el tiempo de manera injusta.
Deberíamos centrarnos en ser empáticos con nosotros mismos, en preocuparnos por nuestro bienestar como solemos hacer por nuestros hijos, pareja y familia en general.
Pero veamos qué significa la palabra ciclo.
La palabra ciclo deriva del latín cyclus, y éste a su vez del griego kyklus que significa “círculo o rueda”.
Se denomina ciclo al período de tiempo en el cual se desarrollan o suceden un conjunto de acontecimientos, etapas o fenómenos que, una vez finalizados se repiten en el mismo orden de principio a fin. Un ciclo en nuestra vida se define como un espacio de tiempo en el que vivimos una serie de emociones (positivas o negativas desde nuestra perspectiva) vivencias, buenas y no tan buenas. En definitiva; una experiencia vital siempre llega el momento en que se termina y se inicia otro periodo. Sin embargo, que se termine ese periodo, esa experiencia, esa vivencia -objetivamente hablando- no quiere decir que nosotros lo hayamos cerrado.
Cerrar el ciclo desde el punto de vista psicológico significa que ese cambio pare de tener toda nuestra atención, cese un poco en el dolor y en el mejor de los casos que, hayamos sacado un aprendizaje y que eso podamos integrarlo en nuestra vida como parte de nosotros y nuestra historia.
El ciclo de manera precisa no tiene un inicio o un final, podría ser tan infinito como nosotros queramos, para hablar del término y del inicio de un ciclo tenemos que hablar de “decisión”, los ciclos terminan cuando decidimos hacerlo y no cuando tácitamente ocurre un final.
Todo aquello que nosotros no decidimos, todo aquello que no soltamos: lo llevamos cargando, es por eso que cuando no tomamos la decisión de hacer un corte o un término, de hacer el cierre del ciclo, la experiencia se repite una y otra vez, cuando no ponemos o sacamos un aprendizaje, parece que compulsivamente entra en este círculo interminable, que nos hace sentir que vamos a cada momento más a fondo.
La manera en cómo tu pretendes o cierras tus ciclos; también tiene que ver con aprendizajes, con tus condicionamientos, patrones y modelos de tu historia de vida.
Es muy difícil saber cómo cerrar ciclos, pero existen algunos consejos que te ayudarán a superar una pérdida o una ruptura.
¿Por qué no podemos cerrar ciclos?
El problema es que nuestra mente se queda atrapada en momentos pasados que conforman ciclos a los que ya no deberíamos pertenecer frenando nuestro propio avance y truncando el presente. A todo esto se le llama apego, que es el vínculo afectivo que nos ata a cosas o personas, en muchas ocasiones sin sentido alguno.
No se trata de olvidar, sino de descubrir la evolución dentro de uno mismo para poder seguir avanzando a pesar de la pérdida sufrida. Cuando esto ocurre comenzamos a recordar con cariño, pero no con necesidad, podemos agradecer por lo que fue y no sufrir por lo que ya no es, logramos asimilar la pérdida como una experiencia para crecer y aprender, no como una caída que nos volvió más débiles.
Para cerrar un ciclo es necesario aceptar el miedo al cambio, a salir de la zona de confort, a lo desconocido, a aprender a soltar a las personas, las situaciones, los espacios, etc. "No se trata necesariamente de olvidar, sino de perdonar, aceptar y recordar con tranquilidad”
Toda nuestra vida se compone de ciclos. Psicológicamente hablando, por ciclos se entienden a los procesos que tienen un inicio, un desarrollo y un final. Por tanto, la vida está formada por muchos de estos procesos; los cuales nos acompañan y nos hacen ser quienes somos. Dado que a veces no es fácil dejarlos atrás, hoy te enseñamos algunos consejos para cerrar ciclos y avanzar en la vida.
Aunque casi nunca reparemos en ello, aprender a cerrar ciclos es una enseñanza capital. De no hacerlo nos quedaremos estancados, no podremos progresar y con frecuencia entraremos en un bucle emocional para nada beneficioso. Si estás atravesando por esto último, nuestros 6 tips para cerrar ciclos y avanzar en la vida te serán de gran utilidad.
6 consejos para cerrar ciclos y avanzar en la vida
Piensa en el ciclo emocional como una montaña rusa. Tiene un inicio apacible, luego atraviesa por muchos altibajos con una gran carga emocional y luego finaliza. A veces, esto último no ocurre; de manera que nos quedamos con esos altibajos emocionales cuando el ciclo ya ha quedado en el pasado.
Cualquier suceso en la vida puede llevarte a este estancamiento: una relación de pareja, cumplir determinada edad, la muerte de una mascota, la pérdida de un ser querido, el cambio generacional y muchos más.
Si no encuentras la manera de cerrar ciclos y avanzar en la vida, los consejos siguientes pueden ayudarte.
1. Aprende a dejar ir
La primera etapa para cerrar ciclos y avanzar en la vida es aprender a dejar ir. De hecho, aferrarse a un ciclo sucede porque las personas hacen justo lo contrario. A menudo esto se debe a que muchos practican el apego y la dependencia patológica.
Sentir apego o dependencia hacia algo, en su justa medida, es lo que nos hace apreciarlo. Es por esto que desarrollas apego a tu mascota, a tu trabajo, a tus amigos, familiares o pareja. Por el contrario, cuando se practica de forma patológica, deriva en una urgencia, poco saludable, por satisfacer la necesidad de apego.
Para aprender a dejar ir debes trabajar en tus problemas de apego y dependencia, ya que ambas son cadenas que te impiden progresar. Dejar el pasado en el pasado es la clave para cerrar ciclos y avanzar en la vida. Esto no implica olvidarlo, o alterarlo para que le restes importancia. Al contrario, consiste en entender que fue una etapa de tu vida y que ahora debes abrirte a otra.
2. Haz un balance objetivo
Quienes se niegan a cerrar ciclos, por lo general no hacen un balance objetivo. Es decir, se niegan a valorar los claros y los oscuros de la situación. Tomemos como ejemplo una relación de pareja que ha llegado a su fin. Normalmente, aquellos que se resisten a aceptar que este ciclo concluyó sobrevaloran el estado de la relación; incluso pueden llegar a idealizarla.
Es por esta razón que debes hacer un balance objetivo. Analiza las cosas buenas de la relación, las malas, qué te aportó, qué te restó, cómo te sentiste y qué cosas positivas y negativas implican que haya llegado a su fin. En el proceso ten en cuenta que ningún ciclo es eterno, ni siquiera la vida misma.
Si rehúyes de esta cita con la realidad, jamás podrás cerrar ciclos y avanzar en la vida. No temas enfrentar cara a cara el pasado y rebuscar en él aquello que te permita superarlo. Verás que no tiene sentido llorar por algo que te hizo feliz (o infeliz), sino que vale más aceptar que sucedió y continuar con la cabeza bien en alto.
3. Aprende de tus errores
Lo anterior inevitablemente te llevará a aprender de tus errores. En efecto, repasar de manera objetiva el ciclo al cual te has aferrado te permitirá evaluar tus acciones. De esta manera, podrás descubrir qué cosas hiciste de manera acertada y en qué otras erraste.
No tiene nada de malo equivocarse, en eso consiste vivir. Siempre y cuando aprendas de tus errores, la equivocación en sí misma será una maestra. Citemos otro ejemplo para contextualizar: la pérdida de un ser querido. Nos llevará tiempo asumir que esa persona ya no estará con nosotros, y en el proceso experimentaremos emociones intensas.
Sin embargo, llegará un punto en que tendremos que dar los primeros pasos para asimilar este hecho. A veces no lo hacemos porque pensamos que tenemos una especie de deuda. Por ejemplo, no pasamos suficiente tiempo con él, fuimos desconsiderados en algún momento o dijimos cosas de las cuales nos arrepentimos. Aprende de ello y asegúrate que no ocurra nuevamente con alguien más.
4. Recuerda todo lo que diste de ti
Así como descubrirás actitudes erradas al repasar un ciclo, también te toparás con aquellas acciones de gran valor que te harán sentir orgulloso. Son estas las que te permitirán superarlo. En efecto, descubrir que en algunos momentos diste todo de ti te hará evaluar la situación desde una perspectiva diferente.
No es infrecuente que infravalores tus acciones con respecto a una situación. Por citar de nuevo el ejemplo de la relación de pareja, creer que terminó porque todo lo que aportaste a ella fueron cosas malas. Todo tiene sus luces y sombras, y lo bueno es que en esta reflexión también lograrás recoger enseñanzas.
5. Mira hacia el frente y fija un nuevo objetivo
En los pasos anteriores te hemos enseñado a dejar el pasado en el pasado, hacer un balance objetivo, aprender de los errores y recordar los buenos momentos. Una vez hagas esto, el próximo paso es mirar hacia el frente y fijar un nuevo objetivo. Después de todo, la vida no se detendrá a esperarte.
Esto es algo que debes hacer en su debido tiempo, aunque cuanto antes lo hagas, mucho mejor. Puedes estar desperdiciando grandes oportunidades por aferrarte a un ciclo que ya concluyó, así como estar cometiendo errores garrafales sin que te percates de ello. Establece un nuevo objetivo y sigue adelante con nuevos proyectos y actitudes de vida.
6. No dejes que el pasado te afecte
Al hacer lo anterior es probable que en ocasiones te invadan los recuerdos del ciclo anterior. Esto es algo normal, ya que somos seres emocionales. Pese a ello, nunca debes dejar que estos recuerdos condicionen tu presente. Pueden impedirte disfrutar de él o mediar de una u otra manera en la desilusión y el fracaso.
Aplicar cada uno de estos pasos requiere su tiempo, además de un compromiso y una disposición enormes. Si nunca decides empezar, no podrás concluir ese episodio de vida, y créenos que el primer paso será el más difícil de todos. Los beneficios de cerrar ciclos y avanzar en la vida valen la pena de cada esfuerzo que hagas.
Cierra ciclos, no por orgullo, sino porque eso ya no encaja en tu vida.
Acepta la vida como es: Un ciclo infinito de principios y finales.
La vida es cerrar ciclos, amar, perdonar y dejar atrás lo que te impide avanzar.
Cerrar ciclos es dejar aquello que, aunque haya sido bueno, nos impide dar el siguiente paso.
No te conformes con lo que necesitas, lucha por lo que mereces. La vida es para los valientes, para los que se atreven a hacer lo que aman, nunca olvides que lo único constante en la vida es el cambio.
En conclusión, cerrar una etapa puede ser un proceso difícil, pero es necesario para avanzar en la vida y alcanzar nuevas metas y experiencias. Espero que este articulo les pueda ayudar a encontrar la motivación y el valor que se requieren para dar ese paso. Recordemos siempre que «No es el fin del camino, es el inicio de uno nuevo» y que «Cada final es un nuevo comienzo». Así que sigamos adelante con valentía y optimismo en cada nuevo ciclo que la vida nos presente